Cronológicamente este movimiento sigue al Romanticismo. Aparece en Francia hacia 1948 y se extiende aproximadamente hasta 1870. Se opone a todo lo artificioso e indeterminado y traduce la realidad como única verdad del hombre y del mundo, sin falsas representaciones. Por eso, sus temas preferidos son los retratos, en su actitud natural, sin poses estudiadas, la gente en su trabajo, al aire libre. Los artistas se basan fundamentalmente en la observación, y plasman no sólo lo bello, sino también lo feo y revulsivo. De la observación minuciosa surgió la caricatura que experimentó un gran apogeo y esplendor, en la que aparece, como componente la ironía.
Ciertamente, el Realismo encierra, en su propia definición, una variedad de formas, como ya indicamos anteriormente. En su acepción más amplía, el término se utiliza como Naturalismo, que implica describir las cosas con precisión y objetividad. Es decir, los artistas representan las cosas tal como son, tal como se ven y tal como se conocen. En sentido más restringido, el término designa el movimiento artístico del siglo XIX que se caracteriza por la rebelión contra los temas históricos, mitológicos y religiosos y la tendencia hacia las escenas desmitificadores de la vida moderna.
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